Elige operadores turísticos, compañías aéreas y hoteles comprometidos con las comunidades de acogida y con el medio ambiente.
Adáptate a los usos y costumbres locales, sin imponer tus hábitos y estilos de vida.
No te lleves nada de la naturaleza, no te lleves souvenirs de los espacios naturales y arqueológicos. No compres productos hechos con plantas o animales en peligro de extinción.
Consume localmente, compra tus recuerdos del viaje en tiendas locales y establecimientos de artesanía, intenta encontrar sitios típicos a donde vayan los lugareños y prueba la cocina local más auténtica. Esto ayudará a impulsar las tradiciones artísticas culturales y los negocios locales.
No derroches energía, apaga el aire acondicionado y las luces de tu habitación cada día y minimiza la generación de residuos.
Usa el transporte público y la bicicleta cuando sea posible: además de ser una manera barata y amable con el medio ambiente, también podrás ver cómo es el día a día de los locales.
¡Y difunde! A tu regreso, reflexiona sobre lo que has conocido y aprendido en tu viaje y sobre tus logros como turista responsable. Cuéntaselo a tus amigos y familiares y comparte con ellos las prácticas y las ventajas del turismo responsable cuando viajéis juntos.